Título: “Ser humano”
Autora: Marta Alicia Dal Santo
Año: 2025
Cada ser humano es un ser social, de relaciones y vínculos. Su vida social se encuentra regulada por normas, costumbres, tradiciones, modas que encuadran en y con las actividades que se realizan de manera cotidiana. Ello se lleva a cabo ya que existen ciertos acuerdos entre cada individuo, quienes a su vez son el resultado de vínculos, relaciones y negociaciones como asimismo de las normas sociales establecidas por ellos mismos.
En tiempos como los actuales, es necesario prestar atención a la afectividad como equivalentes de los sentimientos y/o emociones en el desarrollo integral de toda persona.
Situaciones diversas que se suscitan en la cotidianidad de cada persona y /o cambios inesperados confirman que el ser humano es en esencia, además de ser un ser social, es un individuo que piensa, siente y hace sostenido por sus afectos los que se encuentran manifestados y vinculados a conductas, necesidades, intereses y motivaciones.
En tal sentido la actividad social de cada ser humano presupone la existencia de una negociación constante que sin darse cuenta va realizando al momento de interactuar con otros, utilizando como medio la comunicación.
Es preciso tener presente que, dentro del proceso de comunicación suele en algunos casos existir cierta posibilidad de conflicto, ya que con cada persona que se comience algún tipo de comunicación puede estar presente tal posibilidad.
En tal sentido es importante recordar que el conflicto es la percepción que tienen dos o más personas ante una situación determinada con intereses disímiles, opuestos. Y la comunicación es el medio que se utiliza para expresar dicha incompatibilidad percibida, asimismo se hace uso de ella para su posible resolución.
Es así que desde diferentes disciplinas como por ejemplo desde la psicología social se comienza a indagar sobre la dinámica de los conflictos que se van suscitando en el acontecer de cada ser humano. Dentro de tal dinamismo se cuestiona cómo funcionan y en tal sentido cómo llegar a modificarlos constructivamente de forma positiva.
Ante lo cual es necesario tener presente que las conductas conflictivas, la construye cada individuo como tal y lo hace desde la interpretación subjetiva de una determinada situación e identificación, sumado a ello la valoración que le adjudique de acuerdo a los propios intereses y a los de los otros participantes en tal situación.
De manera que cada uno de los involucrados en dicho conflicto necesitan comunicarse de alguna manera, para que ello les permita indagar lo que realmente desea y/o necesita cada uno. Tal accionar lo podrán realizar a partir y a través de la negociación, aceptando propuestas que beneficie a ambas partes de manera satisfactoria.
Para propiciar el entendimiento entre ellos, es primordial que exista y partan del principio de confianza.
Desde allí se comienza y continúa mejorando el proceso socio-afectivo para el desarrollo de valores y competencias socio-emocionales desde el reconocimiento y respeto de sus participantes como individuos, cuya sensibilidad favorece el proceso educativo hacia la paz interior y exterior. Lo cual les permite y da la posibilidad de desarrollar aptitudes sociales y emocionales articuladas con la:
- empatía,
- autoestima,
- reflexión,
- cooperación y
- solidaridad.
Favoreciendo de tal modo el diálogo y la resolución de conflictos de manera pacífica.
Por esto gestionar el conflicto pacíficamente es esencial, sin tener en cuenta el medio que se utilice ya que hacerlo, ¡es un arte!
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